Instalación interactiva con cuatro pantallas envolviendo al visitante, que puede comunicarse con los personajes en vídeo a través de reconocimiento de voz o un panel táctil, generando las sucesivas interacciones a partir de ellas.
Siguiendo la idea del siglo XIX del panorama como pintura envolvente dotada del mayor realismo gracias a la iluminación, la pieza envuelve al visitante con cuatro pantallas que muestran el ambiente del Montreal Mont-Royal Parc, en el que aparecen varios personajes con los que puede interactuar a través de voz o paneles táctiles que le permiten elegir entre diversas interacciones posibles. Estas pueden hacer que el personaje se marche o que lleve al visitante a algún lugar del parque, en una experiencia sobre la comunicación e incomunicación. Para generar el efecto de desplazamiento, las pantallas sincronizadas desplazan la imagen produciendo la inmersión en el entorno videográfico. Luc Courchesne tiene una larga carrera explorando elementos de la virtualidad y lo performativo a través de la tecnología digital.