Inspirado en la representación museográfica del tiempo a lo largo del espacio, se recorre el viaje del ficticio Augusto Madeira Mendes en Ourique a través de relatos, memorias y fotografías recopiladas en el propio lugar años antes, ahora captados por cámara y montados.
Basado en Las imágenes posibles (2016), recoge al tiempo el proceso de creación de dicha pieza y el recorrido ficticio del personaje inventado. Para ello, se combina la narración en directo con la toma de imágenes, mayoritariamente en plano detalle, que ayudan a construir la historia, ensambladas mediante el recurso del montaje. Paulatinamente los asistentes van conociendo al protagonista hasta un giro final que, como muestra de que la ficción puede acabar tomando realidad, los lleva a conocer que el personaje existió realmente.