Pieza de teatro inmersivo para un único espectador llevando un HMD (head-mounted display) que lo introduce en un mundo virtual del encuentro de un hijo con su madre tras su diagnóstico de cáncer.
El espectador, que participa solo en la experiencia, es equipado con un HMD con el que accede a un mundo virtual animado, en el que la única actriz que interactúa realmente con él, es integrada por captura de movimiento. La narrativa emerge de la relación de una madre recién diagnosticada de cáncer terminal con su hijo o hija, acompañando a la persona a lo largo de una hora en la que ella interpreta un monólogo con diversas interacciones físicas. La pieza nace en el National Theatre’s Immersive Storytelling Studio, cuyo objetivo es la exploración de teatralidades inmersivas.